Además de la competición, la formación de los jugadores del Kosner Club Hielo Huarte pasa por torneos amistosos de los más pequeños, como el de este domingo en Vitoria de los sub-10, junto a Milenio CP, CHH Txuri Urdin y los anfitriones del CD Bipolo.

Nuestros peques volvieron a dar la talla en condiciones más difíciles que en la anterior cita: tres partidos en lugar de dos, y con sólo 8 jugadores en lugar de 10-12 como los demás equipos. Claro que ellos no tenían macropuente foral, qué le vamos a hacer. El primer partido, contra Milenio, estuvo muy igualado y los nuestros jugaron a buen nivel. En el segundo, sin embargo, las fuerzas empezaron a fallar y el nivel fue bajando poco a poco, pero todavía teníamos algo de fuelle. El tercer partido fue la puntilla, además contra un buen equipo que presentó el Txuri en este torneo. A pesar de todo las chicas y los chicos disfrutaron como siempre y dieron una imagen muy meritoria teniendo en cuenta que, por ejemplo, un puñado de ellos son muy nuevos en estas lides.

Muchas gracias a Bipolo por ofrecernos la posibilidad de jugar y de nuevo a Milenio, por cedernos sus porteros. Tenemos que conseguir un portero propio, no siempre vamos a poder contar con los de Logroño.

Jugaron:

Sandra, Clara, Adrián, Gonzalo, Jesús, Noemí, Iris y Eva.


 

Otra pata importante de la formación de jugadores es la oportunidad que se presenta en este deporte para conocer a chicos y chicas de otros equipos. En España hay pocas pistas de hielo y menos equipos de hockey. Esta escasez de pistas impone que las competiciones tengan que ser nacionales por fuerza y que los chicos tengan que desplazarse a otras ciudades desde edades muy tempranas, mucho más que en otros deportes. Los desplazamientos enriquecen, claro, pero suponen un gasto importante para las familias, a sumar al resto del pack: protecciones, patines, cursos, sticks, etcétera. Para paliar la situación existe la modalidad de acogida, por la que los jugadores que lo desean solicitan en sus desplazamientos al club local  que algunas familias de jugadores alojen en sus casas a los visitantes. Está claro que además del ahorro que suponen, este tipo de viajes porporcionan unas experiencias difíciles de borrar en la mente de los chavales. Por un lado los que acuden a casas ajenas y aprenden, por ejemplo, que se puede vivir en un pueblo de 13 habitantes e ir a la pista sin atascos; por otro los que recibimos a chicos de otros lugares y nos damos cuenta de que los videojuegos son el lenguaje universal de facto entre los jóvenes, o que hay chicos que comen incluso más que los nuestros. Y sobre todo que se permite a los chicos y chicas ampliar su círculo de amistades y diversificar su entorno. Esto es de un valor que difícilmente podemos calibrar los que no lo hemos disfrutado de pequeños.

Este fin de semana algunos chicos de Valdemoro vinieron a casas de algunos jugadores del equipo sub-14 antes del partido del domingo, y nos han dejado recuerdos muy bonitos.

 

 

 

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