1er Festival sub-12 de la Federación en Logroño

El último fin de semana de este febrerillo loco de 2019 nuestros sub-12 disputaron el primero de los festivales oficiales de la categoría en la pista logroñesa de Lobete. Catorce equipos de los clubes habituales más los Grizzlies de Granada enfrentados en cuarenta y dos partidos a lo ancho, tres tiempos de 9 minutos, con tres jugadores de pista y portero y tres partidos simultáneos en la pista. Con tantos equipos y el tiempo de hielo disponible sólo nos tocó jugar 6 partidos, contra todos los equipos de Madrid y el de Granada. Ya sólo nos falta jugar contra Barça y Puigcerdá para conocer a todos los equipos de la categoría.

El sábado 23 jugamos cuatro partidos. El primero en el primer turno de pista contra La Nevera Negro de Majadahonda. Como es costumbre en estos sub-12 (y los de los últimos dos años) el comienzo fue algo descorazonador, con despistes, pocos aciertos y un desbarajuste general en el lado azul. Como no era costumbre hasta este año (crucemos los dedos) ese estado nos duró solo 9 minutos, y a partir del primer descanso nuestro técnico del sábado, Ramiro, espabiló a nuestros chicos, que mejoraron ostensiblemente. El partido fue muy igualado, con toma y daca en las dos porterías, pero con poco acierto, o mucho de los porteros, según se mire. Esa iba a ser la tónica general del torneo: entre que algunos porteros, como el nuestro, están muy bien preparados y que las porterías son las pequeñas, se hace difícil marcar.

Tras una laaaaaaarga pausa de dos horas y pico, bien aprovechada por pequeños y mayores en la plaza exterior, volvimos al hielo para encadenar tres partidos seguidos con pase de máquina entre el primero y el segundo.

Comenzamos la tanda contra el tercer equipo de Majadahonda, La Nevera Rojo. Este partido lo jugamos muy bien, marcamos el primer gol del día, y en casi todos los cambios los chicos siguieron la consigna de sus entrenadores, presión continua y no ir todos a la vez a por la pastilla. Bueno, más o menos.

El tercer choque del día fue contra Valdemoro, el mejor de estos equipos de la tarde. Jugamos muy bien, pero a partir de la mitad del partido el cansancio de los nuestros se sumó a la calidad de los rivales, y tocó sufrir y pelear más atrás que ir hacia la portería contraria.

El sábado lo rematamos con nuestra mejor versión contra Granada Grizzlies, con fases de ataque constante y a los que supimos defender muy bien y conceder sólo tres tiros a puerta. El partido fue guerrero, y nuestros chicos pelearon mucho y en buena lid. A casa a descansar, aprovechando que a Logroño se llega tan fácil desde Pamplona, que el día siguiente había más.

El domingo también abrimos la pista, aunque sin madrugones, pasado el mediodía. Enfrente el mejor equipo de Majadahonda y de la categoría, La Nevera Blanco. A pesar de la superioridad rival supimos pelear cada pastilla, desbaratar algunas de sus jugadas e incluso llegar a la portería contraria con claridad en unas cuantas ocasiones. También tenían un portero bueno, qué le vamos a hacer. En defensa y portería estuvimos todo el partido muy atentos e inspirados, dejando la portería en blanco en el último periodo. Incluso uno de los padres madrileños destacó que no nos viniéramos abajo con los primeros goles. Sólo encajamos cuatro, que con el nivel de estos chicos no está nada mal. La próxima vez, mejor.

Cierre contra Boadilla (con otra pausa y sobremesa largas y soleadas), el equipo que nos quedaba de Madrid y con el que debía comenzar una gran amistad. Cuando parecía que la hinchada navarra necesitaba un George Banks recordándonos la diferencia entre alegría y la insensata irresponsabilidad que llevábamos (espectacular, maravilloso, qué despliegue, impactados, ...), nuestros chicos hicieron un partido a lo Mary Poppins: "prácticamente perfecto en todo". Muy buenas sensaciones entre todos al terminar, satisfechos los padres y el técnico de los domingos, Popi, con lo bien que lo hicieron los nuestros. Y los chicos encantados, además de muy cansados, claro. Pero se recuperan en un periquete, qué envidia.

Fin de fiesta habitual en estos festivales con foto de familia de todos los equipos en el hielo y entrega de medallas. Esta vez con algo de suspense porque el concejal que debía participar llegó tarde, y los jugadores y técnicos tuvieron que esperar al fresco. Ese fue el único fallo de la organización, y probablemente no sea achacable al club Milenio ni a la pista. El festival ha sido modélico, y era difícil por la cantidad de equipos y jugadores a coordinar. Las instalaciones son muy cómodas, y si a eso se le suma la gran cantidad de personas aportando detalles todo sale bien. Y para los niños donuts y zumos al final de cada día. Toma ya.

Mención especial a los árbitros, seguramente jugadores de Milenio, que ayudaron y enseñaron a jugadores a jugar, respetar a los demás y pasarlo bien. Consiguieron que el juego fuera fluido y atajaron el más mínimo conato de juego brusco o indisciplinas de los niños más temperamentales.

Alineaciones:
Íñigo
Belén, María, Marcos, David
Fermín, Adi, Dani, Zaira

Hasta dentro de quince días en Boadilla...

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